Inicio 9 Enciclopedia 9 «Cuento» [Short Story / Tale]
Edgar Allan Poe (1809-1849)
Edgar Allan Poe (1809-1849)

Por consenso casi unánime de la historia y la teoría literaria, el cuento es el género por antonomasia de la literatura norteamericana. Ya a fines del siglo XIX, el escritor y editor William Dean Howells constató dicha prevalencia, rubricada en simultáneo desde los claustros académicos (el ilustre V. L. Parrington habla de la short story como algo «que por lo común se cree que representa peculiarmente nuestro genio»). Entrado el siglo XX, la equiparación “literatura norteamericana = cuento” fue también convalidada por estudiosos en el plano internacional; baste invocar a la rusa Maya Tugusheva y el irlandés Frank O’Connor, quien supo designar al cuento una “forma artística nacional” de los Estados Unidos.

En términos de producción, la narrativa breve de ficción en prosa inicialmente se vio promovida en los Estados Unidos por ciertas circunstancias culturales e infraestructurales (la aceleración de los tiempos de la praxis vital, la alfabetización creciente y su consecuente demanda de novedades, la hegemonía literaria de la novelística británica, etc.); en términos de reflexión poética, fue la primera forma literaria en merecer análisis puntuales. Siguiendo un camino marcado por algunos románticos alemanes (E. T. A. Hoffmann, Ludwig Tieck, Heinrich von Kleist) y algunos compatriotas (Washington Irving, Nathaniel Hawthorne), Edgar Allan Poe fue el pionero de sus abogados y maestros, en tanto por un lado detectó las posibilidades artísticas y profesionales que con la ficción breve se abrían al escritor norteamericano, y por otro lado dedicó originales -aunque esporádicas- consideraciones a los aspectos formales y técnicos tanto de la cuentística propia como ajena, incluyendo el novedoso plano de la recepción. El escritor de un “tale proper” (“cuento propiamente dicho”), afirma el bostoniano en la década de 1840, debe abjurar de toda función moralista y procurar, en cambio, la “unidad de efecto o impresión” en una pieza lo bastante breve como para que el lector pueda disfrutarla de un tirón, “en una sola sesión” de lectura.

Tras esos tanteos fundacionales, la teorización sobre el género y su codificación fueron creciendo paulatinamente hasta eclosionar en la época finisecular, a la par del éxito comercial de la cuentística de O. Henry y de la estandarización del concepto de “short story” por obra del académico Brander Matthews. A las ya muchas revistas y colecciones especializadas, en ese momento se sumaron los manuales de escritura del cuento y los talleres literarios para perfeccionarse en la forma, respaldada ahora por fuertes reconocimientos tanto simbólicos como monetarios, y a la sazón reelaborada y modernizada por los escritores de la “generación perdida” (Faulkner, Hemingway, Scott Fitzgerald) y los del sur del país (K. A. Porter, Flannery O’Connor). Desde entonces, el cuento norteamericano ha sido objeto de continuos debates, sin faltar las críticas a su explotación y agotamiento, y sin faltar tampoco la permanente renovación del talento autoral. Cuando la especialista Mary Rohrberger observa que “la narrativa breve de ficción es tan antigua como la historia de la literatura […] Pero el cuento [short story] tal como lo conocemos hoy es el más nuevo de los géneros”, no hace más que enfatizar el profundo contraste entre la antigüedad del formato en sus primeras variedades (a menudo marcadas por un claro propósito didáctico) y su ostensible vigencia en la cultura contemporánea, una eminencia conquistada en apenas los últimos ciento cincuenta años. Es quizás esta corta trayectoria del género lo que ha llevado a señalar polémicamente al crítico Harold Bloom que “el cuento [short story] no tiene Homero o Shakespeare” y que de ningún autor “puede decirse que domina la forma”. Para el ámbito hispano hablante la cuestión terminológica presenta una dificultad que es imperativo aclarar. En español se utiliza la palabra “cuento” (o bien “relato”) para traducir indistintamente los conceptos de “tale” y “short story” (o simplemente “story”), que en principio designan formas diferentes (aunque el propio mundo editorial y cultural anglófono no siempre da cuenta de tal distinción). Apoyándose en la Anatomía de la crítica de Northorp Frye, el profesor R. Marler observa que la diferenciación entre estos dos tipos de relato ante todo pasa por el realismo de la caracterización: en el “tale”, signado por una “tendencia a la alegoría”, no habría “personas reales”, mientras que la “short story”, cuyo “mundo ficticio tiende a ser una imitación del verdadero mundo de los hombres”, los personajes poseen una personalidad verosímil, que se expresa en sus actos y sus pensamientos. Siguiendo este esquema, el autor sugiere que solo cabría hablar de “short story” con posterioridad a 1850 (por caso, en cierta narrativa breve de Herman Melville). Cronológicamente, cabe agregar, la noción de “short story” recién se consolidó cuando el mercado editorial le dio su pleno respaldo al cuento, por lo que también puede pensarse que el concepto de “tale” está ligado antes a las tradiciones orales que a la cultura letrada. La “short story”, así, sería una forma cuentística americana tardía, autoconsciente y tendencialmente realista, cuyo correlato sería la nouvelle o “novela breve” europea (por lo que también podría identificársela con los rasgos salientes de ésta, tales como la caracterización monofacética de los personajes o la tendencia a incorporar marcos narrativos). Y más aún: sería la forma propiamente norteamericana de la narrativa breve en general. Por esto es que al hacer un reciente saldo de la historia del formato, el investigador Alfred Bendixen ha afirmado con orgullo: “La short story es un invento norteamericano, y posiblemente el género literario más importante que haya surgido en los Estados Unidos”.

Marcelo G. Burello (UBA)


BIBLIOGRAFÍA CITADA:

Bendixen, Alfred y Nagel, James (eds.). A Companion to the American Short Story. Chichester: Wiley-Blackwell, 2010.

Bloom, Harold. Short Story Writers and Short Stories. Philadelphia: Chelsea House, 2005.

Goyet, Florence. The Classic Short Story, 1870-1925. Theory of a Genre. Cambridge (UK): Open Book Publishers, 2014.

Marler, Robert F., “From Tale to Short Story: The Emergence of a New Genre in the 1850’s”, en American Literature, vol. 46, N° 2 (mayo, 1974), p. 153-169. [En español: “Del cuento a la short story: la aparición de un nuevo género en la década de 1850”, trad. de Mariana Larín, en M. G. Burello (ed.), Literatura Norteamericana. Narrativa breve I, FFyL (UBA), Opfyl, 2021]

O’Connor, Frank, The Lonely Voice. A Study of the Short Story. [1962] New York: Melville House, 2011.

Pacheco, Carlos y Barrera Linares, Luis (comps.). Del cuento y sus alrededores. Aproximaciones a una teoría del cuento. Trad. de C. Pacheco et al. Caracas: Monte Ávila, 1997.

Parrington, V. L. The Beginnings of Critical Realism in America. Londres/New York: Routledge, 2017.

Poe, Edgar Allan. Essays and Reviews. Ed. G. R. Thompson. New York: The Library of America, 1984. [En español, versión parcial: Ensayos y críticas. Trad., introd. y notas de Julio Cortázar. Madrid: Alianza, 1973]