Inicio 9 Entrada destacada 9 Introducción a «Santuario» (1932) *

Este libro fue escrito hace tres años.1 Para mí es una idea barata, porque fue deliberadamente concebido para sacar dinero. Yo había estado escribiendo libros durante unos cinco años, que se publicaban y no se vendían.2 Pero estaba bien. Por entonces era joven y de barriga dura. No había convivido ni conocía a nadie que escribiese novelas y relatos y supongo que no sabía que la gente cobraba dinero por ellos.3 No me molestaba mucho cuando los editores rechazaban los manuscritos de vez en cuando. Porque entonces era de tripas duras. Podía hacer un montón de cosas para ganar el poco dinero que necesitaba, gracias a la infalible bondad de mi padre,4 que me proveía el pan necesario pese al ultraje a sus principios de haber sido el progenitor de un haragán.

Luego empecé a ablandarme un poco. Todavía podía pintar casas y hacer trabajos de carpintería, pero me fui ablandando. Empecé a pensar en ganar dinero escribiendo. Empecé a preocuparme cuando los editores de revistas me devolvían los relatos breves, lo suficiente como para decirles que más tarde tendrían que comprar esos relatos de todos modos, así que por qué no hacerlo ahora. Mientras tanto, con una novela completada y consistentemente rechazada durante dos años, acababa de dejar el alma escribiendo El ruido y la furia, aunque no tuve conciencia de que lo había hecho hasta que el libro se publicó, porque lo había hecho por placer. Entonces creí que nunca me publicarían otra vez. Había dejado de pensar en mí como alguien publicable.

Pero cuando el tercer manuscrito, Sartoris, fue aceptado por un editor y (habiendo rechazado él El ruido y la furia) fue aceptado incluso por otro editor más, que en ese momento me advirtió que no se vendería, de nuevo empecé a pensar en mí como algo impreso. Empecé a pensar en libros desde el punto de vista del dinero posible. Decidí que yo también podría ganar algo de dinero. Me tomé un poco de tiempo, y especulé sobre lo que una persona en Mississippi creería que eran las tendencias actuales, elegí lo que pensé que la respuesta correcta e inventé el cuento más horrible que pude imaginar y lo escribí en unas tres semanas y lo envié a Smith,5 que se había ocupado de El ruido y la furia y que me escribió inmediatamente: “Santo Dios, no puedo publicar esto. Los dos iríamos presos”. Así que le dije a Faulkner: “Estás condenado. Tendrás que trabajar cada tanto por el resto de tu vida”. Eso fue en el verano de 1929. Conseguí un trabajo en la central eléctrica, en el turno noche, de seis p.m. a seis a.m., como cargador de carbón.6 Paleaba el carbón de la carbonera y lo ponía en una carretilla y lo llevaba y echaba donde el fogonero lo pudiera poner en la caldera. Hacia las once la gente se iba a dormir, así que ya no se requería tanto vapor. Entonces podíamos descansar, el fogonero y yo. Él solía sentarse en una silla y dormitaba. Yo me había inventado una mesa a partir de una carretilla en la carbonera, al otro lado de una pared donde funcionaba una dínamo. Hacía un zumbido profundo y constante. No había más trabajo que hacer hasta las cuatro a.m., cuando teníamos que limpiar los fuegos y sacar vapor de nuevo. En esas noches, entre las doce y las cuatro, escribí Mientras yo agonizo en seis semanas, sin cambiar una palabra.7 Se lo envié a Smith y le escribí que con eso me levantaría o caería.

Creo que me había olvidado de Santuario, como cuando uno se olvida de algo hecho para un propósito inmediato que no se concretó. Mientras yo agonizo salió publicado y no me acordé del manuscrito de Santuario hasta que Smith me envió las galeradas. Entonces vi que era tan terrible que sólo se podían hacer dos cosas: romperlo o reescribirlo. Volví a pensar: “Podría venderse; acaso unos 10.000 lo compren”. Así que rompí las galeradas y reescribí el libro. Ya había estado listo una vez, así que tenía que pagar por el privilegio de reescribirlo, tratando de hacer de él algo que no avergonzara demasiado a El ruido y la furia y Mientras yo agonizo e hice un buen trabajo y espero que lo compres y le digas a tus amigos y espero que también ellos lo compren.

William Faulkner

Nueva York, 1932

* William Faulkner, «Introduction», en Sanctuary. With a New Introduction by the Author. New York: The Modern Library, 1932. El autor redactó desganadamente este prefacio para el relanzamiento de esta novela, por entonces un cierto éxito comercial, mientras estaba de paso en New York; exigió suprimirlo en ediciones posteriores de la obra. Traducción y notas de M. G. Burello.

  1. En efecto, Faulkner había escrito Santuario en 1929, si bien la novela fue publicada -tras varios rechazos- recién en 1931, por la editorial Jonathan Cape, hoy en manos de Random House. En 1958 el autor volvería a reeditarla, introduciendo algunas modificaciones.
  2. En verdad, el autor había empezado a publicar poemas en 1919, pero su primera novela –Soldier´s Pay– había aparecido en 1926. Luego vendrían Mosquitoes (1927), Sartoris (1929), The Sound and the Fury (1929) y As I Lay Dying (1930).
  3. Sin embargo, ya en 1924 Faulkner había entrado en contacto con escritores y artistas plásticos durante su estadía en New Orleans, ocasión en la que hizo estrecha relación nada menos que con Sherwood Anderson.
  4. Murry Cuthbert Falkner (1870-1932), nieto del legendario Coronel W. C. Falkner.
  5. El editor Harrison Smith, socio de J. Cape.
  6. Casado y con dos hijos adoptivos que mantener, en el otoño de 1929 Faulkner tomó dicho empleo en la planta generadora de electricidad de la Universidad de Mississipi, sita en el campus universitario, y que proveía energía para la universidad y la zona aledaña.
  7. El manuscrito de la novela está fechado en octubre de 1929, por lo que puede considerársela la obra inaugural de la «Gran Depresión» económica que abatió a los EE. UU.